El empacho emocional

Dos veces al dentista, una o dos como mucho con amigos varios, las cañitas de rigor, una boda, viaje bajo cero (y en 0, ) a Cuenca, cuatro partidas del torneo de mus (gracias Mela) muchas copas, lo esperado, inesperado, debido e indebido, unas despedidas duras otras no tanto, y la general, a la francesa, de un español que se vuelve a Inglaterra (y no es un chiste). El aeropuerto, los abuelitos ingleses que te sientan a tu lado, el señor de easyjet que hoy es mas naranja que nunca¿? la misma cinta transportadora que te escupió tu maleta hace cuatro meses, autobús, tren, autobús, mas y distinto autobús… llegas a casa; esta tu casa y hace 30 horas que no duermes, un siesta y… ya es de noche y no son ni las cinco, estas en Londres…
“A las nueve en el Angels” que sucio es el metro, y es un túnel dentro del túnel que es hoy. Mañana es 31 y te has ido de allí a medias. ¿deberías haber estado mas tiempo? mejor ni pensarlo, total va a dar igual… Muchos amigos, un regalo, varias pintas (568ml cada una) los proyectos comunes, mañana es Last night eve “¿habéis comprado uvas? mañana entonces”. La vuelta a casa es menos larga menos oscura y el túnel del metro no parece tan gris (eso si, la suciedad permanece inalterable).
“¿Cuántas horas habré dormido? Ya es de noche de nuevo, un día mas perdido (el sol)…”. Uvas para todos, “tal y como empieces el año será el resto, ¿llevás plata en los bolsillos?” Salud, amigos “plata” y felicidad, esperemos no falte de nada… se acerca la media noche y te llaman desde el futuro, ”no, aquí todavía estamos esperando” las campanadas virtuales (el año que viene sin reloj…)
“Puff, que día es hoy, ¿sigue siendo uno? Será mejor seguir durmiendo…